La naturaleza no entiende de individualidades. Ella colabora, ayuda y abraza a cada uno que atraviesa el camino en la Tierra, desde su conexión con la luz y el amor más supremo. La naturaleza, en su totalidad, abraza siempre el camino en cada paso, y eso sucede cuando se acerca, cuando golpea a tu puerta, cuando canta en tu ventana, cuando se trepan por la planta de tus pies, cuando caminan por tu pierna. Pues de eso se trata, de mostrarte que no estás sola en el camino, y que ellos con su luz te están acompañando, te están iluminando, expandiendo su luz en tu camino, porque vienen de la luz, y a la luz se dirigen.
Cada vez que los sientas cerca, que los sientas a tu lado, que los sientas en tu camino, simplemente agradéceles, porque son ellos los que han decidido posarse en tu camino y ayudarte con su luz en la luz. Solo agradéceles y con el agradecimiento ellos ya sentirán gran parte de su misión cumplida, pues el agradecimiento generará y transmutará cualquier temor, o cualquier duda, en luz, en amor, en energía que se expandirá con fuerza en el camino mismo.
No temas, no dudes, están ahí para ayudarte, están ahí para expandir su luz en tu camino, están ahí para que, a través del agradecimiento y de su compañía, aún más luz sea expandida en el camino, aún más luz ilumine el camino.
Agradécele siempre a la naturaleza toda, pues tal y como es, y tal como suceden las cosas, está allí acompañándote y guiándote en cada paso, y a medida que la percibes en tu camino, y agradeces su presencia, pues es más y más la fuerza que le otorgas para seguir acompañándote e iluminándote el camino.
Agradécele siempre porque viene a ti con una enorme ofrenda de amor y luz, viene a ti para acompañarte y abrazarte en el camino, viene a ti porque se regocija con cada paso que das, porque festeja cada nuevo paso en la luz, pues la naturaleza es conciencia pura, elevada, y amorosa.